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La ciberseguridad es un tema de preocupación creciente en este año 2020. Reflexionando sobre las grandes amenazas que se ciernen en materia de ciberseguridad, vamos a destacar las tres principales:

  1. Crecimiento masivo del ransomware. El ransomware es un tipo de código malicioso que cifra la información del ordenador, impidiendo el acceso a la misma para, posteriormente, pedir un rescate a cambio de proporcionar la clave de descifrado. Este es uno de los ataques que más crecerán este 2020 debido a lo lucrativo de us explotación y los pingües beneficios que genera.
  2. Incremento en las vulnerabilidades del cloud computing por malas configuraciones. Cada vez se almacena más información en la nube. Estos entornos cada vez son más flexibles, y por ende, más complejos. Esto hace que se produzcan más errores en su manejo y configuración, provocando que información que debería estar privada se encuentre disponible al público sin que la persona se percate de ello de forma rápida (es más, suele darse cuenta cuando el daño ya está hecho).
  3. Crecimiento de las aplicaciones fleeceware. Estas aplicaciones, que se encuentran en la Play Store de Google, son aquellas que se descargan de forma gratuita y que pasado el tiempo de prueba ofrecido por la aplicación, si el usuario no la desinstala y notifica su deseo de no utilizarla al desarrollador, el desarrollador carga automáticamente en la tarjeta del usuario el precio de la aplicación. Este precio puede superar los 100 euros (incluso llegar a los 250 euros) y, en muchos, casos, de forma recurrente (todos los meses). Si la persona no monitoriza regularmente su tarjeta de crédito, cuando se da cuenta del cargo se han pasado ya los 14 días legales de que dispone para solicitar el reembolso. Estas aplicaciones suelen ser muy sencillas y no está justificado su alto precio (como lectores de códigos QR o editores de fotos básicos). Dichas aplicaciones no contienen malware propiamente, sino que aprovechan triquiñuelas y vacíos legales para apropiarse del dinero de los usuarios. Para ello, no se aclara de forma suficiente al usuario que la desinstalación de la app no implica la cancelación de la suscripción (puesto que, además, hay notificar al desarrollador de que no se va a utilizar). Aquí es donde aprovechan los desarrolladores de fleeceware para realizar los cargos a los usuarios.

Y tú, amigo lector, ¿estás preparado para afrontar estos crecientes riesgos?

 

21 de enero de 2020 – Artículo para la sección Innovadores del periódico El Mundo Castilla y León.